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Es un orgullo empezar esta sección de entrevistas en TopMasaje con este pedazo de profesional y Fisioterapeuta. Actualmente cuenta con un exitoso gabinete en Oleiros (Coruña), llamado Movendo.
Cuéntanos un poco sobre tu background
Mi vida ha estado permanentemente ligada al deporte lúdico y de competición. Todo lo relacionado con este mundo atraía mi atención. Este fue el principal motivo que me llevó al INEF Galicia donde obtuve la Licenciatura en CC de la Actividad Física y el Deporte.
Al mismo tiempo que iba superando asignaturas, mi curiosidad se iba decantando por todo lo relacionado con el área de la Salud. Realicé mi itinerario en este ámbito durante el segundo ciclo de la licenciatura y además, me pareció útil (para mi futuro profesional) tener conocimientos de Quiromasaje. El curso académico 1999/2000 accedí a una escuela privada donde realicé mi primer curso de Quiromasaje.
Esos primeros pasos alrededor de la camilla me permitieron empezar a descubrir el sentido del tacto y las infinitas posibilidades que nos ofrece el uso de nuestras manos como herramienta terapéutica.
Simultáneamente, la práctica diaria dejaba a la luz la necesidad de más y más conocimientos.
Comencé mis estudios de osteopatía de la mano de René Daubagna, una de las personas que más huella ha dejado en mi carrera profesional. A partir ahí, y desde la visión osteopática aparecían otras terapias que ampliarían las posibilidades de ayudar a mis pacientes. Descubrí el tratamiento de las cadenas miofasciales y tuve ocasión de formarme en Método Mezieres, RPG y SGA. En el ámbito de la terapia manual accedí a las formaciones en Terapia Craneosacral y Liberación Somatoemocional dentro el Instituto Upledger donde obtuve el certificado como terapeuta craneosacral.
Otra visión integradora me la ofreció la Psiconeuroinmunología Clínica disciplina que estudié en el Instituto Regenera y Natura Foundation.
Volviendo a la terapia manual, disfruto profundizando en la manipulación visceral y actualmente soy alumno del Barral Institute.
Recientemente, concluí una nueva experiencia en mundo universitario obteniendo el Grado en Fisioterapia por la Universidad Camilo José Cela.
Pasaron muchas horas dedicadas a diversas formaciones relacionadas con optimizar mi rol como terapeuta: Paleotraining, Pilates, Neurodinamia, etc.
Todo este camino está impregnado del aprendizaje que, cada día desde hace 23 años, me brinda cada paciente.

¿Qué tipo de técnicas utilizas y en qué te has especializado?
El concepto de Movimiento está involucrado en cada técnica y en cada acción. Mi enfoque de este concepto posee 2 perspectivas principales.
En primer lugar, según el padre de la Osteopatía A. T. Still: “El movimiento es la vida”. Como osteópatas, nuestras técnicas están dirigidas a restaurar el movimiento a nivel de los tejidos de nuestro cuerpo mediante estímulos manuales principalmente.
La otra perspectiva se centra en el patrón gestual, postural y comportamental de la persona. Nuestro objetivo persigue corregir el patrón de movimiento que ha perdido su armonía, su equilibrio y que condena al cuerpo a crear adaptaciones que tienen su final en un cuadro patológico y una sintomatología particular. Considero en estas circunstancias, el movimiento como herramienta imprescindible de corrección de las alteraciones de un gesto deportivo, acciones cotidianas o de actitudes psicocomportamentales del individuo.
Desde tu punto de vista, ¿qué diferencias existen entre fisioterapia y osteopatía?
Es importante definir ambos términos antes de compararlos.
Según la Confederación Mundial de la Fisioterapia (W.C.P.T.), la Fisioterapia es “el conjunto de métodos, actuaciones y técnicas que, mediante la aplicación de medios físicos curan, previenen, recuperan y adaptan a personas afectadas de disfunciones somáticas o a las que se desea mantener en un nivel adecuado de salud”.
“La Osteopatía es una terapia que se sirve de técnicas capaces de recuperar las deficiencias de movimiento de los diversos componentes del organismo, cuando estas perturbaciones en la movilidad son la causa de la enfermedad.
Terapia por y para el movimiento y de carácter holístico, coincidiendo en este aspecto con terapias como la acupuntura”. Daubagna R. 2004.
Desde mi punto de vista, una de las diferencias es el enfoque global de la persona que considera la osteopatía. Somos músculo, somos hueso, somos víscera y somos emoción dentro de un todo inseparable. La fisioterapia centra su visión en el aspecto más físico de la persona.
La Fisioterapia persigue la funcionalidad de la estructura afectada mientras que la Osteopatía busca la causa u origen que genera una sintomatología concreta.
Si bien estas diferencias dotan de características genuinas a cada terapia, sus similitudes y su complementariedad brindan sinergias muy favorables para lograr el objetivo principal de la terapia, que no es otro que encaminar a cada paciente hacia la Salud.
¿Cuál es la clave para ser un buen terapeuta?
Lo cierto es que no lo sé. Probablemente haya tantas claves como profesionales respondan a esta pregunta y todas con la misma validez e irrefutabilidad.
A fecha de hoy y en mi opinión, considero la combinación de conocimiento y arte como los 2 cimientos principales sobre los que un terapeuta debe construir su identidad profesional.
Conocimiento: estudio constante, acceso a formación constructiva y humildad para saber que cada día aprendo algo más y aún así sigo sin saber lo suficiente. Sólo la curiosidad mantiene mi capacidad de aprender. Esa es la llama que mantiene mi pasión intacta por esta profesión.
Arte: el amor entendido como la intención de ofrecer mi presencia y acompañamiento incondicional a cada paciente.
El respeto que merece alguien que deposita su salud en nuestras manos.
La empatía para crear una confianza, un compromiso, una alianza terapéutica que haga a mis pacientes sentirse plenamente comprendidos, capaces de ver la solución a su problema más cerca con nuestra ayuda.
¿Puedes contarnos algún caso clínico especialmente destacable que hayas tenido?
Está claro que todos los casos tienen algo que los hace especiales, en tanto en cuanto aprendo durante la experiencia con nuestros pacientes. Ambos salimos beneficiados y cada relación terapéutica resulta, de alguna manera, constructiva.
Si he de elegir un caso concreto, me quedo con lo aprendido sobre la intención, la motivación y la esperanza en un instante en el que todo parece desmoronarse, así de repente.
En cierta ocasión tuve la suerte de conocer en consulta a un piloto de rally. Acompañado por un buen amigo y paciente, llegó al centro en silla de ruedas. Un piloto de rally hemipléjico. Durante la sesión me contó con todo lujo de detalle cómo un accidente deportivo le cambió la vida. Competía en esquí con la selección de su país y en una competición internacional, JJOO de invierno creo recordar, un juez atravesó la pista mientras él realizaba su descenso a gran velocidad durante la competición. Tras el impacto entre ambos, él sufrió una grave lesión medular. Su reenfoque de la vida no le impidió seguir disfrutando del deporte y de su vida. A fecha de hoy, su esposa e hijos ya le han visto terminar 6 Rally Dakar entre muchas otras pruebas de máximo nivel nacional e internacional pilotando coches y camiones. La energía que transmitía, su intención de no bajar nunca los brazos y su motivación para disfrutar de cada instante de la vida, dejó una huella en mí imposible de borrar. Un ejemplo de superación que me hace replantearme la relatividad del término “difícil” en ciertos momentos de mi vida, tanto dentro como fuera de consulta.
¿Podrías hablarnos sobre alguna situación peculiar o graciosa que te haya sucedido con un/a paciente?
Por supuesto que acontecen muchísimas situaciones graciosas y difíciles de olvidar. Una de ellas sucedió hace unos 20 años y me quedé convencido de que uno más de nuestros cometidos es transmitir conocimientos de manera clara y sencilla a nuestros pacientes sobre nociones básicas de relacionadas con la salud o con el cuerpo humano. No todo el mundo ha tenido oportunidad de aprender cosas que pueden parecer elementales a ojos del personal sanitario.
Vamos al grano. Terminada la sesión con una paciente, nos disponíamos a concertar una nueva cita. Hasta ahí todo normal. Ella puso una condición, que no coincidiera con la cita que su marido tenía con el especialista de la “próspera”. A su cónyuge, le habían pautado un tratamiento para una afección prostática y tenía la correspondiente revisión con el especialista en Urología en fechas próximas. Ella quería acompañarlo y aclarar ciertas cuestiones que le preocupaban. Eran las siguientes: ¿podría padecer ella el mismo problema?, ¿tendría ella que tomar el mismo tratamiento que su esposo? Su argumento se basaba en que la dieta en casa era exactamente la misma para el matrimonio desde hacía muchos años. De ahí su duda…
Me limité a decirle que no se preocupara… sin atreverme a explicarle que su próstata, difícilmente estaría afecta.